Exhausto y vacío ha atravesado Sergio Garrote la meta del Mundial de ciclismo paralímpico de Emmen para parar el reloj en un tiempo de 33:05. A partir de ese instante, el arcoíris, el sueño que habitaba en su mente, era posible tras haber depositado en la carretera cada gramo de energía con el que contaba. Se situaba primero y solo restaban por concluir la contrarreloj sus dos grandes rivales: el estadounidense William Groulx y el italiano Luca Mazzone.
Su registro final, fruto de haber completado los 20,8 km a 37,7 km/h de media con sus brazos, era propio de un campeón del mundo y así ha quedado demostrado: Groulx se ha quedado a 46 segundos de su tiempo y con un registro prácticamente idéntico, sólo un segundo y medio mejor, el italiano Luca Mazzone, en un circuito perfecto para sus cualidades, más pesado y rodador, ha revalidado el título de mundialista de contrarreloj.