La preparación física, es la parte del entrenamiento, que busca poner en el mejor estado posible de forma al deportista, optimizando sus aptitudes naturales y desarrollando al máximo sus cualidades físicas, por medio de ejercicios sistemáticos, graduales y progresivos.
FACTORES DE RENDIMIENTO EN LOS DEPORTES COLECTIVOS.
¿Cuál es la Preparación Física ideal? El rendimiento es el producto final de la interacción de numerosos factores que configuran el “Sistema competición”. El auténtico problema que nos encontramos a la hora de analizar el rendimiento en la competición, radica en el conocimiento del complejo sistema de interacciones que se establecen entre los diferentes factores. Son muy frecuentes en el mundo del entrenamiento tendencias que relacionan la mejora de estos factores con el rendimiento final, pero no siempre es fácil establecer las relaciones causa-efecto. Cuando hablamos de los factores de rendimiento podemos distinguir dos tipos: 1º- Factores estructurales o indirectos. 2º- Factores de entrenamiento o directos.
Los Factores Estructurales o Indirectos son un conjunto de variables muy importantes en la dinámica de los equipos. Este conjunto de variables conocidas como “el entorno”, se pueden resumir de la siguiente manera:
Presidencia, dirección y Junta Directiva: marcan las grandes líneas directrices de los clubes.
La gestión económica, de personal y directiva: la gestión económica es compleja y requiere de personal cualificado.
El área de comunicación, de relaciones institucionales y con los medios de comunicación.
El grupo “social” formado por el conjunto de jugadores, entrenadores, técnicos ayudantes, servicios médicos… Este entorno es clara responsabilidad del entrenador.
En definitiva estos factores afectan de forma directa e intensa en el rendimiento de los equipos y nos puede condicionar hacia qué tipo de preparación tenemos que realizar. Los Factores de Entrenamiento o Directos, son el conjunto de factores que han sido objeto de intervención de los entrenadores. Así podemos hablar de una clasificación organizada de la siguiente manera:
FACTORES COGNITIVOS Y DE APRENDIZAJE:
Factores relacionados con los procesos de tratamiento de la información. Los jugadores realizan un constante procesamiento de datos.
FACTORES PSICOLÓGICOS Y DE ADAPTACIÓN AL ESTRÉS:
Factores relacionados con la concentración, motivación, el placer de la práctica deportiva, la capacidad de controlar la angustia, la capacidad de sacrificio,… Van a incidir directamente en el rendimiento de las conductas de nuestros jugadores/as.
FACTORES TÁCTICOS Y ESTRATÉGICOS:
Son el conjunto de contenidos que precisan dominar los jugadores y equipos en las diferentes fases cíclicas de ataque y defensa propias de los deportes de equipo.
FACTORES MOTRICES Y CONDICIONALES:
Son los relacionados con la calidad y el ajuste de los elementos motrices que componen las conductas propias de cada deporte y con los procesos energéticos que permiten la realización de las mismas. Es evidente que estos factores son de gran importancia para el rendimiento, pero debe considerarse como un medio para satisfacer las exigencias de la competición y no como un fin en sí mismo. Dentro de estos factores podemos hacer una clasificación interna en donde nos encontramos:
Factores Externos:
Distancia recorrida, Frecuencia de acciones, Tiempo de esfuerzo, nº de acciones…
Factores Internos:
Frecuencia cardiaca, lactato, glucógeno, Consumo de Oxigeno…
FACTORES O APTITUDES GENÉTICAS:
Sobre estos factores el entrenamiento tiene una nula o mínima incidencia, pero sí que son preocupantes para los entrenadores como criterios de selección para determinados deportes y puestos específicos.
En resumen, todos los factores inciden en el rendimiento de una forma integrada o sistémica (Teoría General de los Sistemas).
3.- ORGANIZACIÓN Y MEDIOS DE ENTRENAMIENTO EN LOS DEPORTES COLECTIVOS.
¿Cómo se debe entrenar? Respecto a la organización del entrenamiento, lo que tenemos que intentar hacer es potenciar preferentemente cada una de estas tres estructuras o capacidades que veremos posteriormente en un cuadro (coordinativa, condicional o cognitiva), sabiendo que estimulando una de ellas intervenimos también sobre los demás. Esta es la razón por la cual NO sirve como sistema de entrenamiento la utilización exclusiva del “juego real” aunque sea modificado o reducido. A la hora de construir las situaciones de entrenamiento debemos tener en cuenta 3 aspectos fundamentales (Seiru-lo 1993a, 1993b, 1994, 1998b). 1º- Participación coordinativa que pueda ser soporte de las tareas específicas de nuestro deporte (lanzamientos, saltos, fintas…). 2º- Gestionar el tiempo de trabajo óptimo en función de los objetivos perseguidos pues es lo que determina el gasto energético (pausa grande, pequeña, activa, pasiva, frecuencia, velocidad de realización…).
3º- Incluir categorías y situaciones espaciales específicas del entorno lúdico de la especialidad.
Teniendo en cuenta todo esto, las condiciones en las que se practican las tareas del entrenamiento deportivo son las que determinan la virtual eficacia de los estímulos propuestos por el entrenador en la práctica. La naturaleza cambiante de las situaciones de juego en los deportes provoca que el jugador eficaz, sea aquél que es capaz de identificar en cada tarea las modificaciones del entorno de competición y adaptar su actividad motriz a las condiciones a las que se ve sometido. Así la modificación de alguno o algunos de los elementos de la estructura de la tarea de entrenamiento permite la optimización diferenciada de cada uno de ellos (coordinativo, condicional o cognitivo). Respecto a los medios de entrenamiento, los cuales los definimos como el conjunto de ejercicios que realizan los jugadores en el entrenamiento, como, por ejemplo: 3×3 + porteros en 28×20. Así los medios de entrenamiento se definen a partir de las variables metodológicas que inciden en los aprendizajes y de las magnitudes de las cargas que condicionan el movimiento y la producción de energía. La orientación del entrenamiento hacia la calidad o hacia el retraso de la fatiga permite la intervención del entrenador integrando ambos componentes de las cargas. Verjoshanski, I. (1990), define las cargas o estímulos de entrenamiento, como el “conjunto estructurado (según categorías) de medios de entrenamiento”. La estructuración de estos ejercicios supone la definición de contenidos, magnitudes y la dirección o carácter de los mismos. Nos define tres tipos de carga.
Carga externa: Medida cuantitativa del trabajo realizado.
Carga interna: Es el aspecto biológico del trabajo realizado.
Carga psicológica: Es la percepción que tiene el jugador del trabajo del entrenamiento.
Los medios de entrenamiento, que son las herramientas que tenemos los entrenadores para mejorar el rendimiento de nuestros equipos, siempre van a tener unos efectos directos del entrenamiento, los cuales, los definimos como las modificaciones observables en las conductas de los jugadores y las variaciones en sus mecanismos de adaptación. Ejemplo: Situación en 28×20 de 3×3 con porteros durante 10´, con unos objetivos tácticos (defensa presionante a balón), con una intensidad y una relación trabajo-pausas determinadas. Con esta tarea buscamos una mejora de los factores de rendimiento (cognitivos, motrices y condicionales) que permiten una mayor eficacia de la presión. La esencia de los deportes de equipo radica en las conductas interactivas con el entorno y que deben ser eficaces en el desarrollo de la competición. Por lo tanto resulta obligado diseñar la programación de los contenidos de los entrenamientos en función de todos los factores de rendimiento, y no, como es muy habitual, referido exclusivamente a los factores condicionales. Lo primero que tenemos que realizar es analizar las características de las cargas más habituales en los entrenamientos y sus efectos en los jugadores. Por lo tanto, siguiendo con la definición que anteriormente mencionábamos de medios de entrenamiento, como aquellos ejercicios físicos que se realizan en los entrenamientos y la competición, podemos distinguir la siguiente clasificación:
Medios Específicos: Que es cualquier carga, por más concreta que sea su orientación, que afecta a la totalidad del sistema y el rendimiento en la competición. Constituyen el mejor medio para incrementar el rendimiento de jugadores y equipos al estimular todos los sistemas orgánicos en las mismas condiciones en que serán requeridos en la competición. Están compuestos por los siguientes elementos:
Objetivos, estrategias y tácticas concretas.
Situaciones de colaboración y oposición similar a la competición.
Magnitudes (duración, intensidad, pausas…) semejantes a la competición.
Reglamento propio del deporte (terreno de juego, secuencias técnicas y disciplinarias…).
Marcador y estímulos por ganar.
El entrenamiento específico es un estímulo directo, también para los factores condicionales, en contra de lo que suele afirmarse. La utilización eficaz de los aprendizajes en la competición, va a ser la resultante de la interacción sobre los distintos factores de rendimiento. Ante esta situación los medios específicos que disponemos los entrenadores son los siguientes:
La propia competición: que es un estímulo directo y específico, no reproducible.
Partidos de entrenamiento: que serán de mayor o menor grado en la medida que se alejen o no a la competición.
Situaciones en grupo y situaciones en desigualdad numérica.
Táctica Individual.
Medios Complementarios: Son todos aquellos que se desarrollan en condiciones ajenas a las propias del juego y la competición. Estos medios tienen una orientación más definida que los específicos puesto que inciden prioritariamente sobre algún factor concreto de rendimiento. Con estos medios es relativamente sencillo evaluar los efectos directos sobre el factor intervenido, aunque los efectos últimos sobre el rendimiento son muy difíciles de discernir.
Los medios complementarios que vamos a poder utilizar los entrenadores en nuestros colectivos son los siguientes:
Medios relacionados con la motricidad específica.
Medios relacionados con la motricidad general.
Condición Física.
Cognitivo.
Estos medios van a tener unos objetivos claramente definidos como son:
Elevar y/o mantener los factores básicos y sus mecanismos de relación, sobre los que se construyen las conductas propias del deporte.
Recuperar física y psíquicamente al jugador y el equipo del estrés competitivo.
Evitar las lesiones producidas por los desequilibrios propios de la competición.
Una vez que hemos visto esta diferencia entre los medios específicos y complementarios, se nos puede presentar una duda importante. Los ejercicios técnicos para la mejora del lanzamiento a portería, los controles del balón, la recepción en voleibol, los golpeos en hockey… ¿Son complementarios o específicos? El condicionante último que define la diferencia entre ambas categorías es la presencia de, al menos, un oponente. Ejemplo: las tareas de táctica individual (1×1), son las situaciones más elementales de los medios específicos.
Por último, dentro de los medios complementarios, podemos distinguir la siguiente clasificación:
Cognitivos: que son aquellos que inciden en los mecanismos de control y la toma de decisiones.
Condicionales: que son aquellos que tienen como objetivo la mejora de los sistemas de producción de energía necesaria para la realización de las conductas del juego.
Motrices: que son las conductas interactivas propias de los deportes de equipo que están soportados por desplazamientos, pases, saltos, paradas, contactos…
4.- PROPUESTA METODOLÓGICA.
¿Qué se debe entrenar? Atendiendo a todo lo mencionado hasta ahora en este documento, consideramos que la propuesta metodológica debe responder a lo siguiente:
Analizar y acotar, en sus límites más habituales, las conductas que se producen en una “unidad de competición” de cada deporte.
Categorizar las manifestaciones condicionales que permiten mantener la producción de energía rápida de cada unidad de competición.
Determinar los márgenes habituales del número de “unidades” que componen una competición.
Es importante tener claro que cada deporte deberá especificar las características concretas de cada manifestación condicional implicada, pero no es difícil deducir que, en general… … Las manifestaciones condicionales relacionadas con las unidades básicas de competición son:
Velocidad de reacción (discriminativa o selectiva/ global o segmentaria).
Capacidad de aceleración (cambios de ritmo, dirección, de mayor o menor distancia).
Velocidad máxima (en deportes con desplazamientos de más de 40 metros).
Fuerza explosiva y elástica explosiva con diferentes magnitudes de carga.
Resistencia de corta duración ante esfuerzos intermitentes (en deportes o funciones específicas con relación actividad-pausa de1-1 hasta 1-5/8).
… Las manifestaciones condicionales relacionadas con la resintesis de energía rápida son:
Resistencia a la velocidad de reacción.
Resistencia a la aceleración.
Resistencia a la velocidad.
Resistencia a la fuerza rápida o explosiva.
Resistencia de media y larga duración ante esfuerzos intermitentes.
Estas manifestaciones de resistencia deben mantener de forma repetida la estructura general de las unidades de competición. Por supuesto es tan importante tener una buena “reserva energética” como saber “gestionar” las necesidades concretas de cada momento. Si nos detenemos en cada una de las cualidades básicas podemos resumir de forma esquemática lo siguiente:
La resistencia aeróbica de baja intensidad solo puede ser objetivo de recuperación en situaciones de grandes sobrecargas o tras períodos largos de convalecencia.
La resistencia aeróbica de media intensidad tiene también efectos de recuperación
La resistencia mixta por medio de esfuerzos intermitentes medios- cortos, y con cambios de ritmo, puede ser una carga básica eficaz para aquellos deportes o puestos específicos que requieran actividades de corta y media duración con pausas cortas.
En cuanto a la velocidad podemos observar que es una cualidad física íntimamente ligada a la fuerza y que presenta unos elementos entrenables y otros que tienen un carácter congénito.
Sobre la fuerza es importante tener claras ciertas consideraciones importantes para poder llevar a cabo el entrenamiento con nuestro equipo:
Los estímulos de fuerza con cargas elevadas y máximas son necesarios para aumentar las capacidades de energía rápida y evitar lesiones articulares, especialmente en los ligamentos de la rodilla.
Los estímulos de fuerza en los músculos antagonistas de las conductas más frecuentes o intensas, son necesarios para evitar lesiones musculares por desequilibrio.
Los estímulos de fuerza en la zona abdominal y lumbar son imprescindibles para disminuir las tensiones y la inestabilidad en la columna vertebral.
Por último es importante realizar una consideración sobre la flexibilidad específica de los grupos musculares implicados en los movimientos balísticos de estos deportes. Se trata de una cualidad física de rendimiento, como de recuperación y profilaxis.
5.- EL CONTROL DEL ENTRENAMIENTO Y DE LA COMPETICION.
¿Cuánto debemos entrenar? Antes de afrontar este punto es importante destacar que los deportes de equipo presentan una serie de circunstancias que sesgan y condicionan su planificación y por lo tanto el control del entrenamiento y de la propia competición. De forma resumida son:
La evaluación previa de todos los factores de rendimiento que inciden en un equipo es difícil, ya que los factores son variados, complejos e interdependientes.
El establecimiento de objetivos no siempre es sencillo ni real. Habitualmente los objetivos se establecen en función de los resultados finales, siendo estos dependientes tanto de la actuación propia como de la de los demás equipos, y en márgenes muy estrechos. Estas circunstancias hacen que la distancia entre el éxito y el fracaso sea muy pequeña y que ambos sean dependientes de multitud de factores no controlables, como por ejemplo el azar, las lesiones, los arbitrajes, los medios de comunicación…
La programación de las actividades y el establecimiento de los medios de control referidos a todos los factores de rendimiento es también un asunto complejo y que vamos a tratar de forma específica. Pero tenemos que ser conscientes que es una asignatura pendiente en nuestros deportes.
La mejora del proceso de entrenamiento pasa por el conocimiento y la utilización de sistemas de control específicos, sencillos y rápidos que informen al entrenador de la situación de sus equipos y de sus jugadores. Ante la cantidad de posibles variables a controlar y la imposibilidad de llevarlo a cabo, se precisa una selección de las variables que aporten una mayor información a un coste moderado. El suministro de información veraz, pertinente y rápida al entrenador es uno de los grandes retos del entrenamiento en los deportes de equipo. El control del entrenamiento y de la competición son los medios que establece la planificación para conocer el grado de desviación entre los rendimientos y las adaptaciones previstas y las alcanzadas. El objetivo de la evaluación de estos controles es conocer la “idoneidad” de la planificación y de la programación realizada, y a su vez realizar las modificaciones en la programación para reconducir los rendimientos hacia los objetivos previstos. Este apartado es una de nuestras asignaturas pendientes, aunque en los últimos años se está abordando el tema Gorospe, G (2002), Garganta, J (2000), Sampedro, J (1997), pero la situación de complejidad que se plantea al pretender controlar y evaluar los efectos del entrenamiento, hace que tengamos que realizar una reflexión previa que responda a preguntas del tipo ¿Qué se ha de controlar? Y ¿Cómo se controla?. La cantidad de variables susceptibles de ser controladas es amplia y plural, por lo tanto es preferible seleccionar y diseñar un registro sencillo y útil que nos permita ordenar y jerarquizar las variables a analizar. De forma sencilla y esquemática se propone el establecimiento de los siguientes niveles de control y evaluación:
Rendimiento Individual y Colectivo en competición.
Actividades realizadas en los entrenamientos.
Desarrollo de los jugadores (aprendizajes y adaptaciones condicionales).
Diario del entrenamiento.